Música

lunes, 16 de diciembre de 2013

Amor

Curioso término que muchos intentan definir.
Singular palabra que tantos usan a la ligera.
Fortaleza y debilidad al mismo tiempo, una mano que te sujeta, un talón de Aquiles que te amenaza.
Sentir que tu corazón no está en ti, está con ella.
Tener miedo, pero sentir una seguridad envidiable.
Una razón de tu existencia, un propósito en la vida, un camino que seguir, una persona por la que luchar.
Empatía por el objetivo de tu amor, egoísmo por querer sólo su felicidad.
Confianza por encima de todo. Que jamás desconfíes, que tus secretos sean suyos, que todas tus penas las aplaque, que todas las alegrías las acompañe.
Amor. Esa agradable tortura.

martes, 26 de noviembre de 2013

Sangre roja

El suelo estaba cubierto por una alfombra acolchada de ceniza. Ceniza de ruinas, ceniza de pertenencias perdidas, ceniza de miles de almas cuyos llantos y gritos de auxilio aún se oían en la lejanía. En el horizonte, una sombra recortada sobre el contraste anaranjado de las nubes de polución que tantas bombas e incendios sin control habían dejado. La figura respiraba profundamente a través de una vieja máscara de gas. Se sentía atrapado en una escafandra claustrofóbica, pero sabía que respirar el veneno que poblaba ahora el ambiente sería una muerte segura y dolorosa. Ante él, un cuerpo cuya vida acababa de ser segada. La sangre bañaba las cenizas del suelo, dejando un brillo escarlata a sus pies. Una bayoneta estaba incrustada en el pecho del desdichado, destrozando su pecho, su corazón. El soldado que había ganado se arrodilló a su lado y le quitó la máscara, mostrando un rostro totalmente distinto al suyo, una piel diferente, unas facciones totalmente opuestas, otro género y otras preferencias. Sonrió de satisfacción mientras se llevaba la mano al símbolo adherido a su uniforme. Había cumplido la misión, había ganado, por su símbolo, por su raza, por su color, por su patria... El militar se dio la vuelta y se marchó pesadamente, perdiéndose en la niebla de ceniza de las ruinas, respirando con lentitud a través de su máscara. La mujer que yacía en el suelo tenía la mirada perdida en el cielo, un cielo corrupto y podrido que no dejaba pasar apenas la luz del sol ni de la esperanza. Un colgante con su símbolo reposaba sobre el charco de sangre roja.
El soldado sentía la soledad en todos sus huesos. No podía estar en todos los sitios al mismo tiempo, pero era una certeza, estaba solo, era el último, no había nadie más. Pero daba igual, lo había conseguido. Gracias a él, su símbolo había ganado, había resultado victorioso. Cogió su daga de combate, apuntó a su pecho y apretó con fuerza, perforándolo, abriéndose paso por las costillas hasta provocar una herida mortal. Y su uniforme se empapó, sus pies se empaparon. Bajo él, un charco, un charco de sangre.
Sangre roja.

martes, 29 de octubre de 2013

¿Justicia? Meh...

Ese término tan usado y explotado, tan cruelmente distribuido. Justicia. ¿Qué es la justicia? Una máscara, un disfraz. Una fachada que esconde tras de sí su verdadero significado. Un motivo más que muestra la hipocresía humana.
Un hombre viola y mata a una joven muchacha en un oscuro callejón. Es apresado, pero liberado por falta de pruebas. ¿Qué dicen los familiares de la víctima? Queremos justicia.
Un corrupto dictador suprime libertades y ejecuta inocentes por culpa de unos ideales primitivos y ridículos que escapan de toda lógica. Hay gente alrededor del mundo escandalizada. Y salen a la calle. ¿Qué gritan? Queremos justicia.
Un político estafa millones mientras su país sufre los azotes del ahorro y de la pobreza, mientras muchos ciudadanos son echados de sus casas sin razón alguna. ¿Qué pide la gente? Queremos justicia.
JUSTICIA, JA. No queréis justicia. Queréis VENGANZA. Una palabra dura y fría, un término cruel que, por alguna razón, refleja falta de humanidad.
¿Falta de humanidad? ¿Quién ha decidido eso?
Justicia es una palabra que disfraza la venganza. Una venganza que todos añoráis en algún punto de vuestras vidas, un sentimiento que deseáis saciar y aliviar, un ojo por ojo, diente por diente. Algo que tenéis miedo de reflejar por ser llamados crueles o sádicos.
No queréis justicia. Queréis un castigo. Algo que muestre que las malas acciones tienen peores consecuencias. Pues no es la moral lo que sostiene a los rastreros villanos, es el miedo.
Seguís diciendo en voz alta que los criminales están encerrados para ser rehabilitados, cuando en vuestro interior se crea algo distinto, algo que teméis que sea reflejado. Queréis que sufra lo que ha hecho, que vea lo que se siente al maltratar, al matar, al violar, al robar. Queréis venganza y os excusáis en que lo que pedís es justicia.
Hipócritas, no ocultéis lo que sentís. No hay que rebajarse a su nivel, respondéis, y sin embargo deseáis que alguien acabe rebajándose, que alguien los someta del modo en que os sometían ellos. Queréis que los villanos tengan el mismo miedo que os han provocado...
Los malos merecen un castigo.
Y, en vuestro interior, sabéis que esta frase es cierta...

sábado, 28 de septiembre de 2013

Por mucho que le duela a mi misantropía.

Tu mirada recorre el paisaje con un brillo de tristeza y melancolía. Tus retinas reciben una extensa gama de colores, desde el más vivo de los amarillos hasta el más suave de los azules. Colores que no sabrías clasificar o, si sabes, jamás tendrías tiempo para hacerlo. Pero tu mente sólo recibe el gris. Ese tono monótono, aburrido y triste sin matiz alguno. Gris, gris, GRIS.
No parece haber nada que lo coloree, nada que resalte, nada que merezca la pena.
¿Seguro que no? Mira bien.
Plantas con hojas verdes y flores ocres que luchan contra la gravedad para alzar sus fibrosos cuerpos hacia el cielo, como si con sus ramificaciones pretendieran rozar las nubes. Esas nubes que se ven tan lejanas, siempre en movimiento, deshilachándose y juntándose mientras sus deliciosas texturas de algodón forman preciosos efectos en la luz que reciben.
Estructuras y mecanismos creados por una sola especie, cada uno con su utilidad y su magia, algo que ante la lógica parecería imposible, pero que se muestra ante ti en una forma pedante, gritando en silencio "¡Mirad lo que hemos hecho!".
Y las personas...
Personas que ante mi misantropía son simples formas que se creen superiores por pensar más, por haber tenido la facilidad de evolucionar sin competencia notable... Cuyos ojos son grises sin serlo, vacíos e ignorantes...
Pero... A su forma son fascinantes. Son únicos, diferentes, singulares y colectivos. Unos quieren, otros odian, y siempre habrá alguno que resalte. Son una mente conjunta que se mueve como una colmena, como un hormiguero, todos insectos obreros con el mismo objetivo... Pero también son solitarios, cada uno encerrado en su ser, con sus preocupaciones y opiniones, siempre marchando en distintas direcciones por el mismo camino.
Son humanos.
Y, por muy simples que parezcan a veces, son una masa indomable e inconforme, luchadora hasta el final por sus propias mentes, siempre pensando y reflexionando.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Bosque

   Tus pasos resuenan entre crujidos de hojas secas. Troncos podridos y roídos se levantan a tu alrededor, un oscuro bosque cuyo hedor a corrupción y a enfermedad invade el aire de una forma casi nociva. Un rayo de luz se filtra por un hueco entre todas esas ramas retorcidas que se entrelazan entre sí. El haz cae sobre un punto verde, el único en muchas hectáreas. Aceleras tu paso. Sabes que no tienes mucho tiempo. Un retoño bañado por la luz del sol, un pequeño árbol con hojas de color esmeralda y flores hermosas que buscan cualquier calidez posible. Las ramas de los árboles podridos comienzan a crecer hacia el haz, agarrándose para formar un techo opaco que no deje pasar ni un hilo de luz. Las raíces se abren paso por la tierra en dirección al retoño, dispuestas a consumir hasta la última gota de agua de la que bebe. Corre, maldita sea, ¡corre! Caes de rodillas al lado de aquella pequeña esperanza. Te das la vuelta, vagando tu desafiante mirada en esos troncos podridos.
   -¡NO!- gritas.- ¡Jamás cesaré en mi empeño! ¡No permitiré que vuestras retorcidas ramas tapen la luz de aquellos que saben aprovecharla! ¡No dejaré que vuestras sucias raíces los humillen, dejándolos secos! ¡Nunca me quedaré quieto mientras convertís una pequeña y reluciente esperanza en un viejo tronco envenenado como vosotros!
   Tu vista se aclara. La nitidez llega. No son árboles, son personas. Y en el lugar del retoño, alguien agazapado, tembloroso, con miedo. Alguien cuyo ser resalta, se levanta. Que ha resistido la presión hasta que has llegado. Te arrodillas a su lado. Sólo necesita unas palabras. Una frase de tres palabras que terminará con esa desesperanza.  Algo que siempre habías necesitado.
   -No estás sólo.

sábado, 17 de agosto de 2013

Odio

Si tuviera que usar una sola palabra, una sola para definir la actualidad, lo tendría claro: ODIO.
Es más que ausencia de aprecio, es más que indiferencia. El odio te oscurece, tus ojos no ven positivismo, no ven ventajas en el objeto de tu odio. Para ti sólo existen problemas. Le miras fijamente y deseas pegarle, gritarle, zarandearle con violencia.
Y hoy en día, la humanidad tiene eso. Odio.
¿Qué desastres se han hecho para merecer ese odio? ¿Qué salvajadas?
Nada. Los objetos de odio no son tiranos ni asesinos. No son ladrones ni embaucadores. Éstos son amados mientras el objetivo del odio es otro, uno más indefenso.
¿Por qué? POR NADA.
POR IGNORANCIA. Ignorancia ante algo diferente que no comprenden y que, por tanto, no debería existir.
POR MIEDO. Cobardes que temen lo que no entienden, que huyen de lo desconocido para reagruparse y atacarlo.
¿Se puede concienciar a esa gente, a esos mequetrefes cobardes e ignorantes? NO.
Porque su mente está cerrada, nada podrás recuperar. Se empeñan en esa maldita palabra. Odiar, odiar, odiar, ODIAR. ¡Nada puede hacer que cambien de opinión! Dan pena.
Misóginos, xenófobos, homófobos... Buscáis excusas INÚTILES porque sois los primeros que sabéis que vuestro odio es IRRACIONAL. Y cuando os veis sobrepasados decís ser las víctimas, acusando a los distintos de querer cambiar el mundo.
Con gente como vosotros, yo lo cambiaría.
Panda de cobardes con el corazón vacío que odiáis sin razón alguna, que no sabéis como llenar vuestras desgraciadas almas. Sois conscientes de vuestra irracionalidad, pero no queréis mostrarlo, pues tenéis miedo de cambiar.
Pero yo no os odio. Siento lástima por vosotros y vuestra cobardía. Y aún mantengo la esperanza de poder recuperar el amor que perdisteis. Aquel que se refleja hacia el resto y hacia vosotros mismos.
Es una tonta esperanza. No se puede revivir lo que está muerto.

miércoles, 17 de julio de 2013

Detrás de las palabras

Hablar. Escribir. Explicar. Contar. Relatar...
... engañar...
Es sencillo aprender a articular palabras, aprender a escribirlas en un trozo de papel o un documento de ordenador. Es muy fácil dar discursos, contar historias majestuosas...
Pero tras las palabras se esconde algo más...
Muchos son aquellos que usan las palabras para sus propios intereses, aquellos que gritan discursos embaucadores, aquellos que publican cortas frases bonitas sin léxico alguno, aquellos que escriben relatos e historias que no poseen el sentimiento necesario...
¿Puedes leer tras las palabras? ¿Puedes escuchar tras los discursos?
Primero para y asimila lentamente las palabras que has leído u oído. ¿Quieren significar algo? Porque la mayoría de escritos, discursos o frases están vacías. Y las personas están ciegas.
Masas que bailan al son de una canción sin melodía alguna, una canción repetitiva con una fachada llena de promesas. Una fachada que bien puede ser la fama, el poder, la superficialidad física. Así es como muchos consiguen sus metas con palabras vacías de cualquier significado real.
Yo te pregunto, ¿eres parte de esas masas? ¿Eres capaz de leer más allá de las palabras? ¿Puedes ver la falsedad que esconden los grandes discursos de los poderosos o las frases de los más ignorantes?
Para mí no hay relatos sin sentimiento, no hay frases románticas sin haber sido escritas con verdadero amor, no hay discursos que valgan si no llevan a ningún sitio.
Y aún así son pocos los que ven la verdad tras las palabras. Son calificados de envidiosos, de traidores, de necios... Son una minoría que no debe rendirse por la presión de masas de autómatas que no saben leer de verdad.
Muchos pueden escribir. Muchos pueden hablar.
Pero pocos dicen algo.

domingo, 7 de julio de 2013

¿Humano o cordero?

Las vallas cierran el recinto en torno a tu mundo, tu comodidad, tu agradable sensación del hogar. Un hogar liderado por un pastor que sale cada día a la misma hora a alimentarte, a esquilarte, a recoger el fruto de tu esfuerzo. Te da un motivo por el que vivir, te da promesas sobre el futuro, un futuro seguro sin nada inesperado, algo programado dentro de esas vallas, dentro de ese recinto tan cómodo.
Cobarde.
Eres un cordero, un animal de ganado que se encuentra encerrado por los límites de una vida programada, una vida fácil, sencilla y carente del desconocimiento y, por lo tanto, del miedo que está ligado al mismo.
COBARDE.
¡¿Qué es la vida sin la emoción?! Los humanos exploramos, investigamos, miramos lo desconocido y, a pesar del miedo a algo inesperado, salimos en su busca, salimos del recinto para explorar más allá un mundo en el que nunca se aprende lo suficiente, en el que una vida entera es incapaz de conseguir todo el conocimiento disperso por los rincones.
¿Loco? ¿Por qué? Mira tu vida. Mira lo inútil que se ha vuelto. ¿De qué te sirve? DE NADA. ¿Libertad? JA. Me mofo de tu libertad. Piénsalo. Naciste, creciste, te educaste dentro de unos parámetros fijos, no te preocupaste por nada más. ¿Leer? Lo justo. La fantasía es temible, podrías volverte loco. Te graduaste, o tal vez no. Encontraste un trabajo, un trabajo con el que alimentarte. Decidiste encontrar pareja o seguir soltero. Decidiste tener hijos o no. Y ahora envejeces. ¿Qué has vivido? Nada. Sigues dentro de ese claustrofóbico recinto, seguro, cómodo en tu vida programada.
Investigar. Explorar. Atreverte a realizar sueños que parecen inalcanzables. Sal del recinto. Escapa de la normalidad, ignora a las ovejas más grandes que te dicen cómo seguir con tu vida, qué pagar, en qué creer...
Después de todo, ¿eres humano o cordero?

domingo, 9 de junio de 2013

Cruel, irónico y macabro chiste

Una brillante sonrisa ilumina su rostro. Sus ojos llorosos te miran de manera profunda y feliz. "Gracias..." Te susurra. "Gracias por sacarme de la oscuridad..."
Sabes que ya no tienes su corazón. Eres consciente de que ya no será para ti lo que era antes, lo que deseas que siga siendo.
Entonces... ¿de qué ha servido? ¿Por qué me da las gracias si ya no me entrega su amor? ¿Por qué?
Ella se ha enamorado de otra persona. Pero tú has hecho mucho más. Y ella te lo está agradeciendo. Se encontraba en lo hondo, en lo profundo. Lloraba día y noche por olvidar a alguien, por ser feliz, porque estaba completamente sola, sin nadie...
Y en tu interior una triste, macabra y sarcástica risa resuena. ¿Cuán injusto es el mundo para que te veas en esta situación? No es la primera vez que te pasa. No es la primera vez que alguien a quien amas te da las gracias, pero no permanece a tu lado de la forma que deseas.
No es la primera vida en la que entras, tendiendo tu mano para sacarla de la desesperación que en el abismo se encuentra. Vuelve a ocurrirte y estás convencido de que el sentido de tu presencia en esta existencia es ser una transición, ser alguien que da un empujón a todas ellas para que suban hacia arriba, lejos de la tristeza y el dolor, para seguir con sus vidas, para ser felices...
Y tú te quedas abajo.
Y no subes.
Porque el destino es un irónico chiste.
Pero eres conformista y lo aceptas. Si el sentido de tu vida es ése, habrá que esmerarse en cumplirlo.
Cruel chiste...

jueves, 6 de junio de 2013

Las dos cualidades de la humanidad

Dos cualidades resaltan en nuestra humanidad. Dos cosas que nos hacen resaltar por encima de cualquier especie animal que existe sobre la tierra. Dos dones que nos han ayudado a progresar.
Una es la inteligencia. El poder de la mente. Las ganas de inventar, de innovar. Nos facilitamos nuestra propia supervivencia con avances increíbles. Comenzamos controlando el fuego, creándonos a nosotros mismos un fuego en el corazón que nos ha dado coraje para ganar en la carrera evolutiva a especies con mayores colmillos o mejores defensas corporales. Y ahora, admirad nuestro progreso. Hemos sido capaces de salir de nuestro propio planeta, de conquistar el Universo. ¿Eso no es una proeza?
La otra cualidad es el arte. La máxima expresión de nuestros sentimientos reflejado en abstractos medios que estremecen cada una de nuestras fibras. Arte. Algo inexplicable, pero necesario. Pintores que son capaces de, con un nimio trozo de carbón, crearte un paisaje, un animal, una persona... Dibujantes que con bolígrafos llenos de tinta te pueden enseñar una mirada llena de emociones... Escritores que, mediante palabras, te introducen de lleno en un mundo fantástico en el que poder evadirte. Que te enamoran, que te entristecen, que te alegran... Músicos llenos de talento que únicamente necesitan un utensilio que cree melodía. Y ni eso. Con su voz, su propia voz, hacen que tu columna se estremezca de placer, de alegría o de tristeza.
Y decidme, ¿qué hay mejor que eso? Ser capaces de expresar y compartir emociones y sentimientos de forma tan abstracta. Es una maravilla. Algo digno de sentir.
Pero, ¿sabéis? No agradecemos lo que tenemos.
...
Cientos y miles de intelectuales masacrados, humillados, ignorados, negados por culpa de estúpidas ideologías o religiones. El don del conocimiento rechazado porque no es permitido por ignorantes patanes que dominan a masas de rumiantes sin cerebro. Inteligentes personas que podrían haber acelerado el progreso de nuestra raza. ¿Fueron respetados? No. Fueron insultados.
Artistas que, por sus pocas influencias y medios, fueron frenados. Niños con talento para el dibujo que estaban en la calle buscando ratas que cazar para llevarse algo a la boca. Mujeres con una voz preciosa que eran maltratadas por sus enajenados maridos, quienes no dejaban que se expresaran. Escritores censurados por un poder que no quería ser contradicho.
¿Y qué ocurre ahora, en este moderno siglo? ¿Ha cambiado nuestro punto de vista?
NO.
Actualmente hay cientos y miles de científicos brillantes, de escritores con talento, de pintores y dibujantes capaces de pasar a una hoja casi cualquier cosa, de cantantes y músicos con una voz salida de un coro celestial.
¿Se les respeta? ¿Se les admira?
NO
No. Porque preferimos ovacionar a la estupidez. A alguien inútil que lo único que tiene es una cara bonita o una influencia demasiado alta.
Personajes con una voz horrenda que se valen de avances tecnológicos para subir al estrellato. Y SON ADMIRADOS.
Famosos sin talento alguno que se limitan a enseñar sus cuerpos esbeltos y deslumbrantes mientras son incapaces de calcular, dibujar, escribir o pensar. Y SON ADMIRADOS.
Cantantes que se han valido de una sola canción por el hecho de tener una cara bonita. Una sola. Mientras otros se han esforzado tanto. Mientras otros aún se esfuerzan... Y SON ADMIRADOS.
"Pintores" que se limitan a manchar un lienzo con tintes aleatorios, sin dibujar nada, sin pintar nada en realidad... Y SON ADMIRADOS.
Y mientras tanto hay gente con un talento nato para estremecerte, para alegrarte, para ayudarte. Personas con humanidad, inteligencia, arte. Científicos que descubren vacunas que salvan millones de vidas. Artistas que crean obras capaces de encogerte el corazón.
Y no son conocidos.
Y no son respetados.
No. Porque somos imbéciles.
Porque aplastamos nuestros propios dones, condenando poco a poco a nuestra propia especie a una extinción por deficiencia.
Nos abrimos camino a base de inteligencia, creatividad e imaginación.
Y ahora humillamos a quien tiene esos dones.
Como siempre he dicho. Ya no avanzamos. Retrocedemos.

sábado, 1 de junio de 2013

Improvisación

   Improvisación de una carta escrita por un soldado de la Vigilia para su mujer en el universo del Guild Wars 2.

   Rosaline palidecía a la puerta de su hogar en el Valle de la Reina. Dos hombres embutidos en oscuras armaduras de la Vigilia sujetaban sus cascos bajo el brazo mientras la miraban con ojos tristes y perdidos. La mujer de cabellos negros como las plumas de un cuervo escudriñaba con sus ojos verdes el texto del pergamino manchado de sangre que le habían entregado:
   "Querida Rosaline, te quiero. No quería librar mi última batalla sin despedirme y decirte todo lo que siento. Sé que te enfadaste conmigo por marchar a la batalla, pero, si no iba, todo se habría perdido, incluidos Theodor y Elizabeth. Te alegrará saber que conseguimos tomar las ruinas del Templo de Lyssa, mermando el avance de los resurgidos orrianos. Pero nuestras fuerzas son escasas y los muertos andantes vuelven para reconquistarlo. Los agentes de los Susurros que quedan construyeron trampas en el puente de entrada para frenarles, pero, aunque hicieron daño, siguen avanzando. Según un Maestre del Priorato, el Pacto ha enviado refuerzos desde el Fuerte Trinidad. Todos sabemos que no llegarán a tiempo. Las pasarelas principales ya son atacadas. Rosaline, mi amor. Tu imagen y recuerdo me ha dado fuerzas en esta guerra, y tu bienestar me hace seguir adelante. Mi corazón siempre está y estará contigo, pues mi amor por ti es tan fuerte que ni la mismísima peste orriana podría quitármelo de mi mente. Mientras escribo estas líneas no puedo dejar de repetirme la de cosas que no podremos hacer... No dejes que el sufrimiento te quite las ganas de vivir. A partir de ahora, no sólo los Seis Dioses velarán por ti y por nuestros hijos. Mi espíritu siempre os protegerá y, aunque mi cuerpo no te caliente por las noches, mi alma sí lo hará. Rosaline. Eres la luz y la esperanza en este infierno. Te amo. Cuida de nuestros hijos y diles que les quiero. Mis enemigos oirán tu nombre salir de mi garganta mientras lucho por última vez. Te amo... TE AMO. Eodorn."
   Rosaline se llevó el pergamino al pecho mientras sus mejillas eran regadas con sus lágrimas. Uno de los guerreros habló finalmente:
   -Cuando los refuerzos llegaron, Eodorn se encontraba luchando en el altar solo contra los resurgidos gritando "Por Rosaline" una y otra vez.
   -¿Está...?- no pudo terminar la frase entre sollozos.
   El otro guerrero asintió con la cabeza y dijo:
   -Ha perdido un brazo. Se encuentra en el Fuerte Trinidad. Pronto le llevarán al hospital de Linde, cerca de aquí. Insistía en que te trajéramos la carta por si la amputación le mataba.
   Rosaline se dejó caer sobre las rodillas, llorando de alivio, soltando toda la angustia...

viernes, 31 de mayo de 2013

Hablemos

Ante ti estoy, humanidad. Cara a cara. Vamos a dejar las cosas claras. Decaíste, te degradaste y estás podrida, agonizando. ¿Tus valores? Se esfumaron, masacrados por generaciones de monstruos cuya codicia ha mucho que suprimió cualquier rastro de comportamiento humano que pudieran haber tenido en algún tiempo.
Religiones que guiaron y confundieron, cuya presencia es más que sobrante, cautivan mentes débiles y manipulables con promesas que aprovechan su cobardía frente a lo que no conocen. Y con ello, ¿qué consiguen? Nada. Critican y destrozan vidas ajenas por creencias infundadas por corruptos psicópatas. Vidas ajenas que no son de su incumbencia, pero para las cuales pretenden tener influencia.
Ideologías creadas con el fin de manipular masas y rebaños de domesticados para librar batallas y enfrentamientos que los propios líderes tienen miedo de afrontar por sí mismos. ¿Qué prometen? Nada. Únicamente la gloria de un territorio ficticio, inventado. Y los corderitos pelean para aumentar el terrotorio de sus pastores...
Pero cada uno tiene su parte, su contribución que ayuda a pudrirte más, humanidad. Todos con un caminito fijo que tienen miedo de abandonar, una vida monótona, repetitiva, que tienen miedo de cambiar. No protestan, no cambian, no imaginan, no experimentan... No piensan. ¿Ayudar a otros? Lo justo. Los problemas ajenos no les importan. La mayoría de tus integrantes han acabado con la poca empatía que les quedaba.
¿Sabes? Es imposible arreglarte o cambiarte. Siempre habrá un lastre, un peso que lo impedirá. El peso de una parte de ti que no quiere mejorar. Un conjunto de necios engañados que seguirán defendiendo fervientemente aquello indefendible que no ha hecho nada más que estorbar el progreso. ¿Se lo explicamos? Se taparán sus oídos, los cuales están tan llenos de mentiras, engaños y falsas promesas que no oirán NADA DECENTE QUE LES DIGAS.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Mente rebosante

El viento fresco de primavera azota mi rostro y revuelve mi pelo. El frío entra en cada uno de los músculos de mi ser. Un frío suave que revitaliza el alma, que refresca los pensamientos.
Mi mente se puebla de recuerdos, de planes. De historias contadas y por contar. De mi día a día, de mis emociones y mis dolores. Mi tristeza y mi alegría luchan entre sí en un combate eterno en el que se turnan la victoria. Mi imaginación se desborda, pintando posibilidades remotas y cercanas, mundos fantásticos y realistas, situaciones posibles e imposibles. Mis ojos vagan por el vacío, superponiendo imágenes de mis sueños y mis fantasías encima de la realidad. Divago entre viejas fotos de mi mente color sepia rasgadas por el paso del tiempo. Fotos que me recuerdan cuán desgraciado o feliz era en uno u otro momento. Observo cada par de ojos con los que me cruzo, imaginando teorías de a dónde irán y de dónde vendrán. Pero carecen del brillo que me gustaría ver. Ese brillo de que su mente está igual de llena. Una mente a rebosar de divagaciones, imaginaciones, miedos, recuerdos, planes, paisajes, personas, amores, odios, amistades...
Porque no hay que sentirse asustado por tener una mente rebosante. Un alma que ansía inspiración, que desea creatividad. Un corazón que quiere saltar fuera, expresarse, gritar, llorar, reír, cantar...
En un trayecto tan corto, en un camino tan nimio, aunque mi cuerpo únicamente vaya a hacer recados, mi alma, mi mente y mi corazón viajan donde físicamente jamás podré. Y mis ojos brillan de inspiración.

martes, 28 de mayo de 2013

Autobús

Los rayos del sol iluminan el interior del autobús. Poco menos de una decena de pasajeros se acomodan en los asientos. Uno habla por su móvil con la voz baja, teniendo cuidado de que su conversación no sea escuchada por ajenos. Una adolescente cargada de una mochila picotea de un par de bolsas de fritos mientras mira hacia delante con la mirada perdida, vagando en pensamientos que sólo ella conoce. Porque así son los viajes en el autobús. Todos espectantes de lo que hay fuera, tras las enormes ventanas. Todos mirando sin ver nada, sin fijarse en nada, planeando qué hacer al llegar a su destino, recordando qué hicieron antes de subir. Y el interior está sumido en el silencio, un silencio lleno de pensamientos, sueños, planes, recuerdos, esperanzas... ¿Y yo? ¿Qué hago en el autobús? Yo divago y me pregunto por las vidas de los que se sientan a su alrededor, pues cada uno tiene una historia interesante que merece ser contada.

domingo, 26 de mayo de 2013

Un dulce y triste trato

Mírame a los ojos. Escudriña mi mirada... Me gustaría hacer un trato contigo. Un trato que no siga las reglas.
Juguemos.
¿A qué? A la vida. Mejor que eso. Al amor. Muchos dicen que el amor únicamente trae dolor, rencor y celos. ¿Y qué? Todos los juegos tienen riesgos que merece la pena atravesar. Entra bien profundo en mi alma a través de las oscuras ventanas que en mi rostro se encuentran.
Una dulce pena es a lo que llamo yo amor. Una pena que sabe mejor que cualquier miel y néctar dulzón. Algo que estremece mi corazón más de lo que cualquier delicia haya estremecido mi paladar jamás.
¿Merece la pena el dolor? Yo creo que sí.
¿Para qué guardar rencor? ¿Qué es el amor si no ocuparse de que aquella persona que posee tu corazón viva con la más absoluta felicidad? Pues ese es mi cometido, ¿lo entiendes? Mírame. Fíjate. Sonríe. Alégrate. Eso es lo que quiero. Así me harás feliz.
Mira entre tus manos. ¿Ves eso brillante y reluciente? Ése es mi corazón.
¿Lo quieres aplastar?
No podrás.
¿Lo quieres destrozar?
¡Inténtalo! Será imposible.
No esquives mi mirada. ¿Sabes qué es lo único necesario para destrozar esa parte de mí que posees? Que tú te tires al abismo.
¿Lo entiendes? No es tu correspondencia. No es tu amor lo que quiero. No es eso lo que me hace feliz, lo que me hace sonreír.
¿Cuál es el cometido en este juego? ¿Cuál es el objetivo?
Tu felicidad.

sábado, 25 de mayo de 2013

Decisiones

Un paso tras otro que te hace avanzar cada vez más. Un camino oscuro e invisible. Tus pies dejan un rastro rojo de penas y lloros, de dolor y desesperación, tal y como Bécquer expresaba en sus versos. Hallas ante ti una bifurcación. Aparentemente sencilla, ¿no es así? Únicamente una elección mundana que no parece tener relación alguna con la evolución de tu fría vida. Una decisión que no parece poder sacarte de nada ni meterte en nada más allá de la tristeza que ya puebla tu alma.
Pero... no la subestimes. El camino es largo y está compuesto por pequeños desvíos.
Cualquier decisión.
Cualquier elección.
Cualquier duda.
Cualquier camino, por nimio que sea.
Puede sacarte del gran abismo en el que estás inmerso. ¿No lo sabes? Prúebalo. Yo soy testigo de ello.

Luchar

Desde que tengo uso de razón he pensado que nuestro objetivo es aquello que definen como "humanidad". Ser amables. Ser generosos. Ser tolerantes. Ser abiertos. Ser... humanos.
En algún punto del sendero, perdimos cualquier uso de la lógica. ¿Por qué? Lo desconozco.
Mira este rostro. ¿Qué ves? Un blanco. Un negro. Un latino. Un homosexual. Una mujer. Un nazi. Un rojo. Un anarquista. Un político. Un actor. Un cantante.
...
Un humano.
Mira estos colores. ¿Qué ves? Una bandera. Un símbolo por el que luchar. Algo a lo que venerar.
...
Colores. Nada más.
Mira este mapa. ¿Qué ves? Mi país. Mi patria. Mi tierra. Algo que defender. Algo que conquistar.
...
Un maldito cacho de tierra.
¿Fardáis de inteligentes? Pecáis de embusteros. Evolucionamos a partir de los animales, pero, en algún momento, hicimos algo mal. Ahora hay una mala mezcla. Una mezcla de instintos primitivos en los que defender o conquistar un territorio marcado con heces, orina y sangre está por encima de todo con un uso de inteligencia burdo y demencial en el que una alfombra, un dibujo o una estúpida combinación de colores es algo que les marca y que les vuelve completamente locos.
Matáis por papeles. Matáis por alfombras. Matáis por trozos de tierra limitados por líneas que ni siquiera existen como tales. ¿Y qué matáis? Matáis humanos.
Y por eso, en el camino de la evolución de la inteligencia y la brillantez, vosotros camináis de espaldas.

domingo, 19 de mayo de 2013

Escribir

Escribir. ¿Acto sencillo? Lo dudo...
Coge una pluma. Coge un tintero. Pon papel en la máquina. Enciende el ordenador. Abre el programa. Coge el lápiz. Coge el cuaderno.
¿Ahora escribo? No, no escribas. No de primeras. Ahora imagina. Ahora piensa. Ahora sueña. Dibuja en tus sueños. Crea, fabrica. Moldea a tu antojo. Crea paisajes, levanta montañas, rellena océanos y lagos, haz fluir ríos y corrientes. Construye fortalezas. Destrúyelas. Llénalas de musgo, telarañas y ruina o de ejércitos, reyes y esplendor. Fabrica armas, artilugios. Haz nacer personas. Personas buenas, malas, inocentes, culpables... Inventa razas, extiéndelas por tu mundo ya creado. Funda reinos, funda imperios. Invádelos. Hazlos caer. Hazlos resurgir. Crea rebeliones. Provoca guerras. Apacígualas. Tú eres el destino de cada uno de los individuos que has creado. Mátalos, sí. Pero llora por ellos. Son parte de ti, tus hijos. Tu creación. Vive cada momento que imagines. Llora, ríe, grita, enfádate. Pon todos los ánimos en ellos. Pon emoción. Pon amor y odio. Dibuja en tu mente la historia de cada uno de ellos, de cada trozo de tierra que ha sido moldeada. Escribe en tus sueños las memorias, recuérdalas, grábalas con acero latente.
¿Ya lo has hecho?
Bien.
Abre el cuaderno.
Abre los ojos...
... y deja que todas tus creaciones salgan a través de tu escritura.