... engañar...
Es sencillo aprender a articular palabras, aprender a escribirlas en un trozo de papel o un documento de ordenador. Es muy fácil dar discursos, contar historias majestuosas...
Pero tras las palabras se esconde algo más...
Muchos son aquellos que usan las palabras para sus propios intereses, aquellos que gritan discursos embaucadores, aquellos que publican cortas frases bonitas sin léxico alguno, aquellos que escriben relatos e historias que no poseen el sentimiento necesario...
¿Puedes leer tras las palabras? ¿Puedes escuchar tras los discursos?
Primero para y asimila lentamente las palabras que has leído u oído. ¿Quieren significar algo? Porque la mayoría de escritos, discursos o frases están vacías. Y las personas están ciegas.
Masas que bailan al son de una canción sin melodía alguna, una canción repetitiva con una fachada llena de promesas. Una fachada que bien puede ser la fama, el poder, la superficialidad física. Así es como muchos consiguen sus metas con palabras vacías de cualquier significado real.
Yo te pregunto, ¿eres parte de esas masas? ¿Eres capaz de leer más allá de las palabras? ¿Puedes ver la falsedad que esconden los grandes discursos de los poderosos o las frases de los más ignorantes?
Para mí no hay relatos sin sentimiento, no hay frases románticas sin haber sido escritas con verdadero amor, no hay discursos que valgan si no llevan a ningún sitio.
Y aún así son pocos los que ven la verdad tras las palabras. Son calificados de envidiosos, de traidores, de necios... Son una minoría que no debe rendirse por la presión de masas de autómatas que no saben leer de verdad.
Muchos pueden escribir. Muchos pueden hablar.
Pero pocos dicen algo.
Los griegos representaban a la diosa Peithon ( diosa de la persuasión) como una mujer sin armas, ya que el don de la palabra es el arma más poderosa que alguien puede tener.
ResponderEliminarLos políticos y la gente manipuladora por desgracia tienen este don y son capaces de dirigir a la gente hacia su terreno. Para que la gente pueda asimilar, comprender, pensar y decidir por si mismos necesitan educación. La gente inteligente es el problema de los gobiernos, por eso no fomentan la educación e intentan destruirla o hacerla inaccesible para la mayoría de las personas. Lo peor de todo es que nos conformamos, mientras la gente tenga comida y entretenimiento todo da igual.
Panem et circenses, que razón que tenían los romanos.
Gracias a Dios que existen personas (pocas) con dos dedos de frente que son capaces de defender sus ideales a pesar de que la mayoría de las personas estén en contra. Estas personas por si solas son capaces de hacer reaccionar a una minoría o impulsar a la gente que piensa igual. Este tipo de personas son las que tienen la fuerza de cambiar el mundo, el tipo de personas que los gobiernos deben de temer.