Música

jueves, 11 de diciembre de 2014

Un destello carmesí

Paso a paso mi alma pisa con cuidado, tanteando terreno resbaladizo, débil, resquebrajado.
Huellas que dejo de color carmesí, sangre reseca adherida al frívolo suelo.
Temeroso de alzar la cabeza para vislumbrar ante mí la tajante verdad, la dolorosa realidad.
Y es que esa meta que tantos añoran, que tantos se imaginan, ante mis ojos es un vacío existencial, la nada en sí misma, un sentido que no existe ni jamás existirá.

Así que aquí me hallo, tanteando cada paso, fijándome en el camino, jugando con el peligro. Soy dueño de mis actos, soy amo de mi destino. Soy un jugador sin aburrimiento que querrá mover siempre, hasta que llegue esa meta que no existe. Y a cada pie que levanto, mi mirada se fija en la siguiente parada, asemejando a un punto de guardado, a un lugar donde cobijarse de una dura tormenta, a una chimenea ante la que calentarse.

Humanos. La vida no tiene sentido, no tiene el sentido que le queréis dar. Vuestras razones son mundanas, vuestras luchas, estúpidas. No progresaréis jamás como especie ni colectivo, no seréis utopía. No seréis nada, pues nunca lo habéis sido. Vuestra agrupación amenaza con asfixiar los pocos retoños que intentan escapar, extraños individuos conscientes de la verdad. El camino que tanto ignoráis, los detalles que no veis. Eso es lo que ha de empujaros a luchar.

Y ahora, mi pie se levanta una vez más. Embutido en cicatrices de viejas peleas, de antiguas rencillas que tuvieron distinto final. Un destello carmesí que ante mí se ilumina, confundiendo mi percepción. Busco la sangre, el motivo de tal color, pero no, esta vez no es la sangre lo que me enseña el bermellón.

Un puente a la esperanza abrazado por enredaderas que buscan a tientas lugares donde asirse, asemejando irónicamente a mi camino, mi vida, mi trayecto...

Un rincón que encontré por primera vez aquel día y que jamás imaginé que existiría. Un rinconcito tan mágico rodeado de tanta tristeza y desolación.

Un día, sobre un delgado puente abrazado por enredaderas cariñosas, encontré otro paso más en un destello carmesí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario