Música

jueves, 21 de julio de 2016

Esquilados

Gritos de ira, de odio, de furia. Una muchedumbre ardiente que pedía su cabeza. Justicia gritaban. Justicia.
Él reía.
Venganza es lo que quieren.
Venganza disfrazada de palabras moralistas.
Cruzó la línea. Sin vuelta atrás. Supo que era tarde cuando por primera vez vio unos ojos apagar su vida ante sus puñaladas, ante su mano certera y su mente de artista.
Un artista incomprendido, un filósofo revolucionario.
Monstruo, le llamaban ellos.
Pues el lobo hambriento es un monstruo para los descerebrados corderos. Todos apiñados en un rebaño de lana sucia y balidos sin sentido.
Camina desde el coche. Los agentes le escoltan, protegiéndole de los ignorantes campesinos que gritan.
Ahora no eres tan valiente, grita alguien.
No. Aunque antes ellos eran los que temblaban de miedo.
Entran en la comisaría, se cierran las puertas. Los gritos se amortiguan y los agentes le fulminan con miradas de asco y odio.
Le meten en la salita. Sillas y mesa metálicas, fluorescente parpadeante. Un inspector le aguarda. Le sientan y tiran carpetas con fotos de muertos sobre la mesa.
-53 muertes. Estarás contento.
-Son pocos.
Se enfada. Golpea la mesa. Su pedantería le desquicia.
Hazte el duro, carnero. Pero hoy volverás a tu triste casa con una cerveza de más con tu triste familia en tu vida de pútrido gris.
-¿Tienes abogados? Porque te va a caer la de Dios.
-No entiendo por qué lo necesito. Confieso haberlo hecho y no me arrepiento.
-Eres un monstruo.
Le escupe.
Él se ríe.
A juicio sin retraso. Abogado de oficio, por cortesía. Alguien al que no le apetece ganar el caso, pero que cuando gane fama, defenderá a monstruos que sí podrán y querrán pagar.
Pero él no quiere.
Sabe lo que hizo.
Y no se arrepiente.
Se declara culpable. Pero le dan derecho a último alegato.
Y se luce. El mundo le recordará. Temerán que vuelva a nacer alguien como él.
Y vendrán otros. Ha abierto el arcón, la caja de Pandora.
-Monstruo soy llamado y justicia gritan las masas. Quieren venganza, disfrazando sus deseos de asesinato en moralistas juicios que sólo resultan una fachada...
>>Enhorabuena. Vuestra vida ha dado un vuelco. Ahora tenéis emoción y os aferraréis hasta que pase. Me he convertido en un tema de conversación para que olvidéis que vuestra vida es una mierda que acaba en ceniza de MIERDA. Porque jamás querréis ver la verdad de que no tiene sentido que sigáis propagándoos excepto la misma fuerza que empuja a una plaga de cucarachas de deficiente evolución.
>>Seré portada en medios comprados y programas engulle-neuronas, creados para alelar generaciones de ignorantes que sólo caminan en putos círculos mientras balan. Sois un rebaño de cobardes ovejitas que os creéis grandes, siendo insignificantes para todo y para todos.
>>¿Sufrís por lo que he hecho? Matanzas peores se dan a diario. ¿Demagogia? Oh, no. Si a mí me alegran. Me crea júbilo de ver que cada vez quedáis menos de vosotros. Os ahorro la vida, os ahorro un futuro sin futuro. Sólo adelanto la razón de que hayáis nacido. Que moriréis.
>>¿Me arrepiento? ¿Acaso os arrepentís vosotros de hacer oídos sordos? ¿De seguir caminando en círculos ignorando el sufrimiento? Sois espectadores de muerte y dolor y, ¡OH! Ahora que lo tenéis en casa os dais cuenta de lo que es.
>>Cuando nacéis, o sois los que sufren o los que hacen sufrir. Y ambos grupos necesitan desaparecer. 53 no es nada. Dadme poder y veréis qué respiro se toma el mundo de vuestra falsedad e hipocresía.
Y bala. Bala alto, para que ese rebaño entienda su idioma. Pues pasarán, seguirán pastando en círculos.
Hasta que otro lobo les cace.

Todos los que se asoman al abismo, alzan las manos hacia arriba. Esperan que su ángel les coja y coloree lo que ven y llenen de sensaciones lo que les rodea.
Si no hay manos que te sujeten, será la locura la que te abrace.
La libertad que costará tu cordura y tu humanidad.
Te esquila y afila tus dientes. Abren la verja y a correr.
Y el hambre... el hambre te invade.
El hambre de querer que otros te comprendan... por las malas.

Espero que ninguno perdamos nuestro ángel.