Música

viernes, 22 de abril de 2016

Locura

Me asalta por las noches una sombra que se cierne, amenaza, sonríe, se carcajea y se ríe.
Sus ojos brillantes me perturban, me atraviesan y me hielan. Faros rotos que iluminan, que queman y congelan.
Podría gritar, pero no puedo. Si grito, se libera.
Celador, abre la puerta.
Me susurra, con una voz penetrante que rasga la oscuridad como una navaja.
Déjame salir, libérate.
Sacudo la cabeza, mis ojos de lágrimas se anegan. Odio y psicopatía que se agolpan y aporrean.
Y salir sin éxito intentan, por suerte... o por desgracia.
La sombra abre los ojos, locura inmersa en ellos. Locura que en mí se oculta y que quiere devorar mi cordura.
La dulzura, amenazada. Simpatía, en peligro. En riesgo el cariño y, la empatía, en el filo del abismo.
Me grita la sombra.
Me grita, no se calla.
Me grita que rompa.
Que lo destroce todo.
Que me descomponga.
Me promete libertad, desahogo y felicidad.
Inmersa en la locura que malas artes me hicieron sufrir.
Locura y furia ciega con la que he aprendido a convivir.
La sombra me ase del cuello con garras de metal.
Óxido en lugar de piel, y como tacto, la frialdad.
Aprieta, aprieta con fuerza.
¡No me deja respirar!
Y lloro, me empapo el rostro.
Lloro, lloro sin parar.
No grites, por favor, no grites. No la liberes, que no salga.
Si sale, todo se pierde.
Y el caos tu alma dominará.
Si la locura por fin sale, ya nada de mí quedará.
Y poco a poco el cruel canalla
en pedazos todo romperá.